Sordos a la fuerza.

Todos hemos escuchado la famosa frase "en España tenemos el mejor doblaje". Sea cierto o falso, sólo confirma una cosa: no consumimos cine en versión original. Aunque parece ser que el hábito se está corrigiendo gracias a las facilidades que nos brinda la tecnología, todavía son escasas las salas que ofertan cine subtitulado, desterrando a los que ya nos negamos a que nos destrocen una y otra vez cada cinta.

Mucha gente se va dando cuenta de que no le gustó tal o cual película por el doblaje, que no sólo la vuelve plana, sino que en muchos casos perjudica al sonido. El sonido, que aunque no seamos conscientes, es protagonista invisible. Les animo a hacer prueba: pongan en su televisor o computadora un largometraje con sonido deficiente y otro con poca nitidez de imagen. Verán como les resulta más difícil sumergirse en la historia del que suena mal.
Claramente, los actores son los grandes perjudicados. Hay un duro trabajo detrás de muchas películas: acentos, tonos, registros y matices que se nos escapan completamente. Si estamos viendo Scareface doblada, no vamos a notar ese maravilloso acento cubano de Al Pacino. Y por supuesto, cuando llegue el climax en la mansión y la emprenda a tiros con todo el mundo a ritmo de "say hello to mi little friend", vamos a ser conscientes de que estamos en casa viendo un DVD. Si cambiamos el idioma en el menú nos trasladaremos de nuestro hogar a plena acción, ante sus gritos desgarradores, escuchándolo en un primer plano real (siempre da la impresión de que el doblaje aleja sonidos, tanto el principal como el ambiental), y asistiendo a lo que se quiso hacer. Pero no sólo es virtud de los actores, los (buenos) directores son los que saben manejar los ritmos dramáticos e intensidades que el reparto (y la película) ha de tener No cabe duda de que la emoción interpretativa decae, y por muy buen "doblador" que seas, estar en un estudio poniendo "vocecitas" no es lo mismo que estar maquillado y vestido en un plató, creyéndote Tony Montana.
Así que voy a hacer una plataforma de víctimas, ahora que está tan de moda, para que paguen por todo el daño sembrado. Asociación de cinéfilos damnificados por el doblaje, o algo así. Se admiten sugerencias. Se presentaría ante un juez como primer caso El Resplandor, un pobre incomprendido que sembró el terror en el mundo angloparlante y aquí sólo causó risas. Por similar causa La Semilla del Diablo. Pero es que no son los únicos. El sonido, aun en DVD, de la versión doblada de El Hombre Tranquilo, es penoso. Al igual que los intérpretes que reviven sus geniales personajes. Hitchcock se estará removiendo en su tumba, porque pasar de Kary Grant y su elegante manera de actuar a una voz que parece sacada de una radio mal sintonizada en Con la Muerte en los Talones no es para menos. Quizá esa fuera la razón por la que un servidor, en su niñez, creyera que el cine clásico era un espectáculo aburrido donde todos los actores hablaban raro y distorsionado. ¡Nada más lejos de la realidad! ¡Qué bien trabajado estaba ese sonido! Y con qué impunidad nos lo hemos cargado. Si ya hablamos de producciones rodadas fuera de EEUU o inglaterra, sobretodo películas chinas, japonesas, griegas o indias, que dedican muy poco presupuesto a la adaptación, podemos llevarnos una imagen muy equivocada de su calidad.
Os voy a dejar un ejempló tópico pero efectivo, que espero que os haga cambiar la frase "en España tenemos el mejor doblaje" por la de "no descansaremos hasta que clavemos la cabeza de Verónica Forqué en una pica a las puertas del Overlook."




Podéis participar. ¿Cuáles son vuestros doblajes más odiados?

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