American Horror Story es un festival de diversión. No sólo por ese feismo, ese toque kitsch gótico o ese constante desafío a la verosimilitud, también por la cantidad de resortes que hace saltar en nuestras mentes: tristeza, miedo, pasión... La primera temporada es un topicazo: una familia se muda a una casa encantada, pasan cosas raras, embarazos sobrenaturales, fantasmas... ¿Su genialidad? Mutar esos tópicos del género, polemizar con ellos y no disimular si ha de hacer acopio de todo tipo de iconografía pop. Que, como vamos a ver, es abundante. Y ecléctica.
Drácula
La casa es una verdadera mansión victoriana (como debe ser). Está cargada de historias truculentas, claro. Una de ellas la de un médico que "ayudaba" a jóvenes actrices preñadas a abortar. Cuando viajamos a ese momento (igual que haremos a otras épocas de la casa) siempre nos introducirá la música del Dracula de Coppola. Quizá para recordarnos ese carácter frankeinsteniano del doctor.
¿Kill Bill o Nervios Rotos?
De igual manera será tratado el leitmotiv de Tate Langdon, un silbido perturbador que aparece ante sus pérdidas de cordura. Todo el mundo lo conoce por Kill Bill, pero en su origen fue compuesto por Bernard Herrmann para Nervios Rotos, un thriller británico en el que un muchachito rubiales quiere a toda costa conseguir a una chica, incluso haciéndose pasar por deficiente mental. El parecido con Tate es evidente.
Taxi Driver
El juego no es sólo musical, en este caso tenemos un gesto. En la película de Scorsese, Travis lo hace al terminar su ritual de sangre, la limpieza que reclama su espiral de locura. Tate lo hará en una situación más que similar. Es posible que ese gesto tenga su origen en la práctica peculiar que tenía Paul Schrader (guionista de Taxi Driver) cuando se quedaba atascado en una escena: ponerse un revolver vacío en la sien y apretar el gatillo.
La Semilla del Diablo
Los parecidos argumentales con el film de Polanski se hacen notar en muchos momentos y hechos de la serie. El primero de todos, la violación de la mujer por parte de un ente sobrenatural. Después la vecina con comidas muy raras, la familia viendo como todos ansían a su bebé, las patadas en la barriga con formas extrañas, y lo que sólo puede albergar un vientre en ese estado: al mismo Anticristo. En el momento de la concepción hay planos idénticos, y los gestos entre Mia Farrow y Connie Britton son calcados.
El Resplandor
El primer capítulo comienza con dos gemelos, y no es casual. La obra maestra de Kubrick está aquí en cuerpo y alma. En cuerpo por los ya mencionados hermanos, que guardan relación con las hermanitas del Overlook, el acto de necrofilia bajo el manto de joven atractiva... Y en alma por el ambiente, llegando la casa de AHS a cambiar de forma abiertamente, cosa que en la película de Kubrick se sugiere constantemente: el hotel tiene una forma imposible.
SAW
¿Recordáis la máscara del cerdo? ¿Recordáis el capítulo 06? Pues eso.
¿Recordáis la máscara del cerdo? ¿Recordáis el capítulo 06? Pues eso.
Freddy Krueger
Todos nos asustamos viendo Pesadilla en Elm Street. El hombre putrefacto que te mataba en sueños. Al que recordemos, los vecinos lo quemaron en un acto punitivo por matar a los niños de su barrio. Larry Harvey comparte con él muchos aspectos: fue quemado en un acto de venganza. A parte del evidente parecido físico.
Kurt Cobain
Tate viste igual que el cantante de Nirvana, es fan de Nirvana. A parte de su obsesión por el suicidio, su pelazo y su Curtney Love particular
Bitelchús
Pero Curtney Love quiere ser Lydia Deetz, la chica creada por Tim Burton en una de sus mejores películas. La obsesión con la muerte y ese lado oscuro-romántico serán compartidos por la amiga de Bitelchús y por Violet Harmond.
Lady Gaga (sí, sí. En serio)
Tan en serio que ha habido denuncias hacia American Horror Story por copiar la estética del zombie boy que aparece en el cortometraje-videoclip Born This Way, que la propia diva escribió. Lo cierto es que entre la serie y la cantante, este maquillaje sigue siendo de los más populares entre los emoselfies.
Si a todo el mosaico visual le sumamos las referencias verbales (Psicosis, La Familia Adams, Keats, Rimbaud, Tarantino...) y de atrezzo (libros como El Señor de los Anillos de Tolkien o El Extranjero de Camus) nos queda una plataforma metalingüística de proporciones nunca vistas en televisión. Los más críticos la acusan de sin sentido, que es precisamente lo que la hace única: todo puede pasar en un cóctel (y sí, superbatiburrillo) de elementos de género. Siguiendo el juego de las referencias, comparte con Lost el gusto por el enredo, el afán de hacernos caminar por un laberinto en el que poco importa la resolución. Sólo que a diferencia de Perdidos, American Horror Story pone las cartas sobre la mesa desde el minuto uno, no en el último minuto.
Bola Extra
¿Sí o no? ¿Eh?
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