Inland Empire, estrenada en 2006 y firmada por David Lynch, es una película que no se presta a ser resumida. Su baile de ideas lo que Jordi Costa definió como "poscine" y "montaña rusa mental"- hace que la sinopsis sea realmente difícil de realizar. Incluso innecesaria.
Lynch confirma su estilo, incluso auto influenciándose con orgullo, haciendo una película narrada desde más allá de la razón. No es una película sobre el subconsciente, nace el subconsciente, acecha y nos hostiga desde el trastero más enmarañado de nuestra mente. En sus tres horas, Inland Empire nos sumerge, hipnotiza, unge, bautiza, aterroriza, desangra y resucita. Con lo cual, afirmamos: sí, se puede hacer una película carente de lógica. O más bien SI, se puede hacer una película con la lógica de los sueños.
Descendemos a decenas de mundos paralelos y dimensiones comunicantes. Todas proyectadas a través del agujero que deja un cigarrillo en un trozo de seda rosa. Como en una encuadernación antigua, cada página es una historia, y la protagonista es el hilo, que tras la aguja las atraviesa a todas.
Tras las ensoñaciones industriales y los diálogos desquiciados podemos hallar coherencia. Es un guión estructurado, con partes genialmente improvisadas, y que hay que juzgarlo como una pesadilla. Nos llega a taladrar la razón que puede inspirarnos un terror incomprensible, que no necesita de monstruos. Hace aflorar sensaciones de forma mágica, y es eso lo que la hace auténtica y no un engaño disfrazado de modernez. Todo lo que nos inspira, evoca y transmite es real y maravilloso.
El rodaje se hizo con una cámara de vídeo muy modesta, una Sony PD-150. Algo poco común en el año 2006. |
Todos los recursos estéticos tienden a la deformación de la realidad, en lo que se podría bautizar como "realismo onírico". La experiencia estética prima a la narrativa, y nos lleva por varios estadios de incomprensión. Su visionado es entrar en la mente de un loco, y las sensaciones que proporciona no son agradables. Aun así merece la pena acercarse a ella, porque más que una consecución de peripecias, propone una experiencia, ofrecernos ver el mundo a través de unos ojos diferentes. Es refrescante en el mundo de los puntos de vista homogéneos. Muchos la odiarán, y aun odiándola deberían de considerar esta odisea lynchiana como un film necesario.
RECOMENDADA: Si quieres desafiar los límites de la razón, penetrar en un mundo desconocido y vivir una experiencia estéticamente inolvidable narrada de forma radicalmente opuesta a las convenciones.
NO RECOMENDADA: Si eres de esos que rápidamente pregunta "¿de qué va?"
Su entrada en IMDB
Y una genial página dedicada al director http://www.davidlynch.es/
Su entrada en IMDB
Y una genial página dedicada al director http://www.davidlynch.es/
Siento que este sea el primer comentario a tu entrada, pero la película es simplemente una Puta Mierda, un desperdicio de tiempo para cualquier ser humano. Sólo puede tener lógica en la mente del director y aunque la tenga, no sabe transmitirla al público, no hay narración ninguna, ni forma de encararla. [SPOILER] Y para reírse más de nosotros acaban todos cantando y bailando [SPOILER (como si reventara la película por contar el final, Já)].
ResponderEliminarA Lynch se le fue la pinza de manera sobre natura, y luego se queja de que ya no sea viable este tipo de cine que él hace. Mulholland Drive es de mis películas favoritas, es de Lynch y os la recomiendo, no perdáis el tiempo con esta.
Soy yo el que siendo contestar tan tarde. No hay nada de malo en expresar opiniones negativas. Y menos de una película tan controvertida. Si te soy sincero a mi me hipnotizó, pero habiéndola visto en el día equivocado igual me hubiera causado desesperación. De todas formas Lynch tiene una filmografía extensa donde elegir.
EliminarMulholland Drive es una gran película, pronto escribiremos sobre ella.